El mito número dos:
El idioma ucraniano no existe, es solo un dialecto que se usa por unos maleducados o unos campesinos (o unos fascistas). Los ucranianohablantes tratan a los rusohablantes en Ucrania muy mal, especialmente en el Oeste del país.
Primero, quiero decir que cualquier identidad debe ser respetada y el orígen principal de cualquier identidad es lo que dice una persona o grupa de personas sobre si mismo. No hay razón de negar ningunas identidades, tanta negación es fundamentalmente prejuiciada y discriminatoria. Entonces, si alguién dice que su identidad es ucraniana (o cualquier otra), es así. Nadie le ha pagado nada a esta persona para que diga eso. Esta presunción es básica para entender la situación.
También vamos a hablar de una identidad relativamente nueva pero muy importante para este artículo. Tenemos muchos rusohablantes que dirían que sus identidades son también ucranianas. Porqué valoran su capacidad de comprender el ucraniano, porque valoran las tradiciones culturales ucranianas, o por ejemplo porque se sienten relacionados con las ideas de Euromaidán (que es la lucha por los valores europeos).
Segundo, miremos a las tablas que comparan las frases básicas en el castellano y el portugués, y en el ucraniano y el ruso (uso la aproximada transcripción fonética al español).
Entonces hay mucha más diferencia entre el ucraniano y el ruso, que entre el castellano y el portugués. Pero los brasileños no niegan la existencia del castellano, y nadie va a hacer una guerra para promover, proteger o garantizar algunas identidades particulares en el país vecino.
El ratio entre los ucranianohablantes y rusohablantes en Ucrania es aproximadamente la mitad por la mitad. Pero es un asunto un poco delicado. Puedo hablar ucraniano con unos rusohablantes y viceversa, porqué los idiomas son más o menos mutuamente inteligibles y no es necesariamente una falta de respeto cuando digo algo en ucraniano contestando a una pregunta en ruso. Claro que a veces hay reacciones xenófobas, pero no hay hostilidad fatal.
La vida idiomática en Ucrania podría ser una aventura cultural singular e increíble si no tuviéramos ésta agresión de Rusia. La será, porqué es lo que somos, ucranianos ucranianohablantes y ucranianos rusohablantes. Hay muchos países en el mundo con una situación idiomática más complicada, y la regla principal de la convivencia feliz es aceptar las identidades de sus vecinos y estudiar sus idiomas. Es tan simple.
Algunos otros factos de la situación idiomática en las diferentes ciudades ucranianas (las que he visitado muchas veces y puedo hablar de las cosas directamente por mi propia experiencia):
En mi ciudad, Mariupol, en el rusohablante Este, el idioma predeterminado es el ruso, pero se puede oir ucraniano también. Mucha gente habla surzhyk que es una mezcla vívida de dos idiomas. El idioma principal de las tropas ucranianas es sorprendetemente el ruso, incluso el del batallón Azov tristemente célebre por su agenda nacionalista.
En Zaporiyia sé mucha gente que habla ucraniano de ordinario, pero en lugares públicos el ruso domina. Járkiv en ese aspecto es parecido a Zaporizhia.
Kyiv es bilingue de manera perfecta.
Las ciudades como Chernivtsi o Úzhgorod en el suroeste del país son hasta mucho más idiomáticamente coloridas porqué allá, además del ucraniano y el ruso, a diario se puede oir el rumano y el húngaro.
Leópolis (Lviv) es tradicionalmente la ciudad ucranianohablante y unos ucranianófobos se pueden sentir un poco incómodos allá, e históricamente es absolutamente explicable. (Digo “ucranianófobos”, no “rusohablantes”).